De la Estupa al Cerro del Moro

Crónica escrita por nuestro compañero Ángel Fernández:

Salida por la Sierra de Mijas que resultó variada y entretenida. El día anunciaba viento, y sí, en algún momento lo sentimos en el tramo de subida, pero no fue especialmente molesto y no nos impidió disfrutar de la ruta. Nos citamos en la Estupa Budista de Benalmádena, desde su magnífico balcón se contemplaba buena parte de la costa con el sol intentando salir entre el cielo enmarañado. Rápidamente, una vez atravesada la autopista, comenzamos a ascender por la senda de la mina Trinidad. Al poco alcanzamos a ver los restos de mineral y la entrada a la galería. La puerta de hierro que protege su acceso estaba abierta y nos entretuvimos un momento entrando algunos metros dentro de la mina. Este acceso debería estar cerrado, es muy fácil llegar hasta allí y una vez dentro el ambiente es el de una cueva, con los peligros que entraña para alguien no preparado o que no disponga del equipo apropiado. Además, al poco que caminas dentro, se levanta un polvo del mineral que se aprecia al momento en la luz de los frontales y que, si no te proteges, respirarás.

Continuamos la ascensión por la loma, con tranquilidad. Desde la Estupa a la zona de las antenas del Cerro del Moro tardamos casi dos horas, parada en la mina incluida. Son 700 metros de desnivel absoluto. Una semana antes, en la Travesía de Resistencia de Jarapalos, ese mismo recorrido se hizo en poco más de 45 minutos. En fin, nosotros fuimos disfrutando de la subida, parando a cada poco en algún abrigo a resguardo del viento. No era día para hacer carreras.

En la zona de las antenas, paradita y fotografía obligada.

El descenso lo hicimos por la vertiente sureste del cerro. Optamos por tomar la senda del Quejigal. Es una senda cómoda, suave en descenso, con algún que otro banco de arena que se agradece cuando bajas (no tanto al revés). En algún punto, cuando se adentra hacia el arroyo Hondo, el paisaje es magnífico. Pierdes de vista las zonas pobladas y solo ves monte y masa forestal, con horizonte de mar al fondo. Te sientes transportado a otros lugares, alejado del bullicio y la construcción de la Costa del Sol.

De lo agradable que resultó, se nos hizo corto el descenso. Al poco estábamos ya a la altura de la autopista, que cruzamos y, ya por la zona urbana, llegamos rápidamente a nuestro punto de partida. Una buena ruta circular, variada y cerca de casa para disfrutar

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