Como siempre, me pilla el toro y escribo la crónica más tarde de lo que tendrÃa que haberla escrito, pero bueno, mejor tarde que nunca. 😛 . A mediados de agosto Sole y yo nos fuimos a hacer la Alta Ruta de los Perdidos, pero no el clásico recorrido, sino uno ideado ad hoc por Sole, que incluÃa la subida al pico más alto del Pirineo francés el Vignemale (3298 m), ya que yo no podÃa estar más de 4 dÃas en ruta y ella ya la habÃa hecho el año pasado y tenÃa muchas ganas de subir a este icónico pico. También andaban haciendo la ruta Pedro, Leo, Leli, Juana y Antonio Cantalejo, con los cuales coincidimos algún dÃa de ruta y de refugio.
El tercer dÃa de ruta, el 17 de agosto, hicimos la subida al Vignemale o Pique Longue partiendo del refugio de Baysellance. El camino es un senderito bien marcado, que cuando empieza de verdad la ascensión a veces se desdibuja pero se intuye bien y por lo general está bien hitado. La temperatura durante todo el trayecto fue magnÃfica y más de una vez pasamos calor, cosas del cambio climático.
Terminada la subida dura de piedra con un fuerte desnivel llegamos a los pies del glaciar. Ahà nos pusimos nuestros crampones y coincidimos con dos simpáticos jóvenes franceses, a los que Sole tuvo que ayudar a ponerse unos crampones que por lo menos eran de los años 50 😯 . Empezamos a andar por el glaciar Ossoue, que por desgracia está en franco retroceso, esquivando las peligrosas y profundas grietas que presenta, las cuales por fortuna en verano se ven perfectamente.
Terminado el glaciar  llegamos a la última subida de este pico , que es una pedrera sin hielo de una piedra descompuesta (max II). Nos quitamos los crampones y la mochilas y subimos asà más ligeros. Después de tres horas desde el comienzo de la mañana, y de una media hora de subida dura en este último tramo, en la que tuvimos que utilizar pies y manos, llegamos al pico Vignemale y se nos ofreció una vista impresionante de gran parte de la cordillera pirenaica. Desde aquà vimos también como un helicóptero aterrizaba en el glaciar y se llevaba a una persona herida.
Después de las fotos de rigor realizamos el descenso que lógicamente, en este último tramo, fue más dificultoso que el ascenso por el mal estado de la roca y el riesgo de tener alguna caÃda. Llegamos nuevamente al glaciar y pudimos observar cómo el calor lo estaba derritiendo literalmente, habÃan surgido cursos de agua por todos lados. Finalmente llegamos a nuestro punto de partida que fue el refugio de Baysellance, para tomar unas cervezas y recuperar fuerzas porque todavÃa nos quedaba llegar al refugio de Oulettes de Gaube. En Baysellance coincidimos con unos amigos vascos de Tolosa y posteriormente, mientras nos tomábamos unas cervezas que nos supieron a gloria vinieron nuestra gente del Grupo Alpino Pinsapo con los cuales seguimos haciendo la ruta hasta el refugio de Oulettes.